¿Cerveza? ¿Y eso que es?
La cerveza es la más consumida y probablemente la bebida alcoholica mas antigua del mundo; es la tercera bebida mas popular después del agua y el té.
La producción de cerveza se conoce con el término inglés Brewing, y consiste en la fermentación de almidones procedentes básicamente de la malta
de cebada, y en menor medida, del trigo, el maíz y el arroz.
La mayoría de las cervezas también se realizan utilizando lúpulos, quienes añaden sabor,
aroma y el amargor a la cerveza, a parte de actuar como conservante natural; incluso a algunas se les añaden hierbas, fruta, o incluso otros elementos
a lo largo de su proceso para darle otros aromas o sabores añadidos. El proceso de fermentación, uno de los más importantes en la elaboración de la
cerveza, es el encargado de carbonatarla, es decir, de generar el gas y la espuma propios de esta, y se realiza gracias a levaduras naturales o mediante
carbonatación forzada artificial.
Una de las primeras referencias históricas que se tiene sobre la cerveza data de 4000 años atrás y se refiere sobre la producción y/o distribución de la misma:
el código Hammurabi, un gravado sobre piedra que incluía leyes que regulaban el consumo de esta y los sitios donde se podia beber, a parte del himno Ninkasi,
una oración dirigida a la diosa Mesopotamica de la cerveza que, a parte de su uso ritual servía para recordar a la sociedad la receta de esta bebida, puesto que
en esos tiempos la gente no era literada.
Breve historia de la cerveza
Es probable que si relajamos la definición de cerveza a lo más básico, es decir, bebida fermentada con cereales, podamos datar su origen en el Neolítico temprano,
es decir, sobre el 9500 AC, cuando el ser humano ya cosechaba cereales. Además, por aquél entonces, y durante un periodo importante de la historia, la cerveza fue
más una bebida nutritiva que un placer para el paladar. En el antiguo Egipto, la cerveza se utilizaba como moneda de cambio, y cuando se construyeron las pirámides
de Giza, a los trabajadores se les pagaba con raciones diarias de 4 a 5 litros de cerveza a lo largo del dia para reponerse y seguir rindiendo para trabajar.
Las primeras evidencias químicas de la cerveza datan del 3500 AC en el asentamiento de Godin Tepe, en las montañas Zagros del oeste de Iran. Varias de las primeras
escrituras Sumerias continen referencias a la cerveza, el Himno de Ninkasi, es un ejemplo del cual ya nos hemos referido anteriormente. Las tablillas Elba, descubiertas
en 1974 en Ebla, Siria, muestran que la cerveza se producía ya en esa ciudad sobre el 2500 AC. En la China, por otro lado, en el 7000 AC ya se realizaba una bebida
fermentada con arroz y frutas diferente al sake.
La cerveza se expandió por Europa a partir del 3000 AC, y sobretodo era elaborada a escala doméstica. Si provásemos esa cerveza la mayoría de nosotros no la definiriamos
como tal, porque aunque tenia una base de almidones, la mayoria de las cervezas por entonces contenian fruta, miel, plantas, espécies y otras substáncias como narcóticos
naturales. Lo que todavía no se usaba entonces era el lúpulo. Este elemento fué introducido por un abad Carolingio sobre el año 822 como conservante, aunque no seria hasta
mas adelante, cuando el negocio de la cerveza abarcó todo el mundo, que para transportar cerveza en largos viajes por mar se usara el lúpulo para que esta no se estropeara.
El año 1516, William IV, Duque de Bavaria, declara la ley de pureza, seguramente la regulación mas antigua sobre un alimento que todavía es vigante hoy en dia, en la que
se restringe como únicos ingredientes permitidos en la definición de cerveza pura el agua, el lúpulo y la malta. Después de la Revolución Industrial, y con la creación de
termómetros, hidrómetros y fermentadores, la producción de cerveza pasa de ser artesanal a industrial, y aquí es cuando la cerveza realiza el salto definitivo para llegar
a ser la bebida alcohólica mas consumida actualmente.
Hoy, la industria cervezera, formada por grandes multinacionales cervezeras y por primera vez desde sus inicios, un auge del sector artesanal, se sitúa en un consumo mundial
anual de 133 mil millones de litros, con unos beneficios cercanos a los 350 mil millones de €.
